martes, 24 de junio de 2008

Confusión




Odio no poder pensar con claridad, odio no poder controlar lo que siento en una liena recta, o por lo menos, entenderme a mi misma y a lo que siento. Porque de estár todo en control y ordenado, pasa a ser un caos mortal en el que no me decido y el cual no comprendo ni distingo los bandos de lo correcto y lo incoherente.
Puede ser que lo que escoja sea un sin sentido o puede ser lo que en verdad más deseo. Pero lo peor es estar en el incógnito de no saber el qué será, ni como será.
Mil y una sombras tendrían que osarse a entrar para formar tal oscuridad que fuera capaz de teñirlo todo de una capa tan densa y negra para no ver, ni sentir, ni pensar, y poder al fin descansar.

sábado, 21 de junio de 2008

Vacío



No soy la única, lo sé, pero ya estoy harta, ya no puedo más. Tal vez alla llegado el momento. Sí. Tal vez este sea el momento adecuado para plantearme si de verdad deseo seguir así.

No creo que quede nada. No. No queda nada, excepto el vacío, pero de hecho eso es lo que más me llena. Tal vez me llene de amargura, tal vez me llene de angustia y tristeza, o simplemente tal vez, pero solo tal vez, me llene de la nada.

Quizás observando en lo más hondo, se aprecien más las siluetas de lo que ahora parecen simples sombras.

miércoles, 18 de junio de 2008

Muerte súbita



La vela que mantenía la casa iluminada con una ténue luz, se apagó derrepente. La habitación estaba oscura y había un frío casi inhumano, todo estaba tan silencioso que se apreciaba el crujir de las tablas de la antigua estancia. Sabía lo que vendría a continuación. Acto seguido se escucharon unos ruidos procedentes del sótano, para él, fue como el aviso de la siguiente inexistencia; pero no se sorprendió, pues lo estaba esperando, su precio a pagar por el bien, y que estaba por encima del mal.

Una sombra esbelta y delicada se alzaba delante suyo.

Lo último que pudo sentir fue el golpe de su cuerpo inerte contra el suelo y el sopor en el que se adentraba poco a poco. A modo de despedida, exhaló su última bocanada de aire.

miércoles, 11 de junio de 2008

El reflejo



Era un dia claro, el típico de verano. Estaba sentada en la hierba sola, disfrutando del calor del sol en mi cara, cuando sentí que había alguien más por los alrededores.

Entonces ví como la chica se adentraba en el espeso bosque que estaba en frente de mi. Decidí seguirla. Anduve detrás de ella durante media hora aproximadamente. Era una chica gótica, tenía una tez clara y su pelo, negro como el azabache y con unas tímidas ondulaciones, le llegaba un poco mas abajo de los hombros.

Llegamos a un prado que se encontraba casi al final del bosque, entre los altos árboles. Era precioso; había todo tipo de flores, de todas las gamas, tipos y colores imajinables, y el brillo del sol le proporcionaba al lugar un aspecto realmente mágico.

La gótica suspiró. Y poco a poco se dirijió al centro del prado donde se arrodilló y tomó entre sus delicadas manos una extraña pero preciosa flor blanca. Su expresión era totalmente indescifrable. Yo no tenía nada mejor que hacer, de modo que decidí esperar.

Ella estuvo arrodillada y con la misma expresión durante toda la larga tarde. Pero llegó un momento, casi al atardecer, en el que sus facciones comenzaron a tomar forma. Primero hubo un instante de asombro, aunque fue demasiado corto como para ser inesperado. Después simplemente se contrájo en una mueca de disgusto y dolor al ver como poco a poco, la bella flor, blanca como su propia piel, se secaba entre sus manos, marchitándose a medida que pasaba el tiempo.

La chica depositó la muerta flor en la hierba, se levantó y comenzó a caminar para regresar al lugar del que había venido mientras miles de lágrimas surcaban su delicado y triste rostro.

lunes, 9 de junio de 2008

Nacimiento



Sentía el dolor y el sufrimiento, todo era una masacre y ya solo quedaban seis, el número maldito; la cantidad exacta de los astros que invadieron su mundo arrasándolo todo. Entonces comprendió lo que tenía que hacer, era duro, cierto, pero tenía que hacerlo por los suyos y por una nueva era. La energía del ambiente surcaba cada rincón de su ser extrayendo cada una de sus células; ella notaba como se expandía por todo su cuerpo y como su vida se le escapaba poco a poco. Silencio. Paz. Satisfacción. Tranquilidad. Fue lo único que sintió cuando su cuerpo se descompuso y su alma se desintegró en la nada, habiendo cumplido su cometido.

Lágrimas vacías


No quedan gatos en los callejones,
las farolas alumbran a la nada
y el aire está cargado de humedad;
el simple rastro de las lágrimas
de las almas que vagabundean por las solitarias calles,
anhelándo la posibilidad de volver a sentir,
y que al no poder,
simplemente se lamentan en un silencio tan profundo, que en un futuro, dejará mucho que desear.

domingo, 8 de junio de 2008

Adiós


Puede que no articule palabra alguna, pero hay sentimientos,
mírame a los ojos, con eso basta.
Yo ya decidí cortar los hilos, me harté de que pensaras que puedes jugar con migo
asemejándome a una marioneta y que aun y todo, me tendrías ahí por siempre.
Asimílalo, el teatro ya terminó; yo misma bajé el telón.