domingo, 6 de julio de 2008

Tormenta eterna



El silencio pavoroso es interrumpido por los lamentos de mi alma.
La niebla aumenta, tragándose todo a su paso.

La luz de los relámpagos ahoga mi vista y noto que comienza a tronar. El estruendo es mayor que el que le antecede. Y sé, que pronto llegará.

Las lagrimas que en su día rozaron mi rostro, siguieron su curso hacia el mas allá, inundando todo cuanto tenían delante, sin importarles si quiera la catástrofe que causaban a su paso.

El viento enfurecido cortó mis labios, arrasó mis manos y mi cuerpo, tumbó mi pesar.
Ya no tenía fuerzas para levantar, tampoco las busqué ni las quise. Ese fue mi error, no luchar, no seguir hacia delante, y por eso, todo se tiñó de negro y se convirtió en oscuridad.

Únicamente apreciaba la tormenta, la que había estado esperando con impaciente amargura. Como un pobre perro espera su abandono al conocer su ruin familia o un niño espera a que su desgraciado padre le apalee hasta hartarse.

Por fin estaba aquí, supe que no tendría escapatoria en cuanto hizo acto de presencia.

Mi propia tormenta eterna.

martes, 1 de julio de 2008

Cuento de piruleta



Y sigo caminando.

Por la orilla, sin rumbo alguno, pero con la certeza de quien tiene un destino. Sin saber cuando lo alcanzaré, con la duda de si algún día podré llegar hasta él, con la resignación de quien no tiene más que poner un pié delante del otro.

Mientras las efímeras olas de mí mar imaginario lamentan y acarician mis dolidos pies, que sufrieron, como condena, el martirio de una búsqueda errante.

La brisa, con aires de pesadumbre, con la mirada de un medico a un enfermo terminal, peina mis enredados cabellos. En un fallido intento de aliviar algo que no está ahí.

Mí vestido, abandonado al alcohol que le brinda mi mar de lagrimas decidió ahogarse en las marismas, y yo. Yo me dedico a juguetear con los pétalos que caen de las marchitas rosas que una vez fueron, de un modo u otro, yo.

Las lágrimas brotan de ojos que ya no ven, para ir a parar a un rostro que no conocía tal emoción

Y yo.

Yo sigo caminado.


Yuki & Darky.