martes, 30 de octubre de 2012

El lamento de la noche



Fuego, destrucción y muerte. Era lo único que observaron mis ojos durante un largo tiempo. El caos reinaba orgulloso e imparable.

La tierra lloraba, sus heridas eran terribles y desgarradoras. Fue una época llena de dolor, un tiempo en el que el tacto de la piel se convertía por una noche en un acogedor hogar. Un tiempo en el que una amable sonrisa te devolvía el calor perdido meses atrás.
Ambas distintas, muy diferentes entre sí, pero las amaba a ambas. Y aun lo hago.

Creo que nunca entenderé mis dos mitades, pero sé que sin ellas yo no podría ser. Sería una grieta más, sería la lluvia.

Mi piel se ha perdido, ya nunca regresará. Mientras mi sonrisa me acuna yo lo escucho. Escucho el lamento que surcará las entrañas de la tierra por toda la eternidad.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Los pensamientos del Viento Azul




Me encantaría irme de aquí, irme a donde nadie sepa quien soy, a donde nadie me juzgue por mi apariencia o por mi procedencia. Me gustaría recorrer el mundo, ayudar a aquellos que lo necesitasen, impedir que gente malvada arruine las vidas de aquellas personas humildes. Como en los libros que me compra mi papá, donde guerreros y guerreras luchan por el bien y la justicia del mundo. Papá dice que actualmente existe gente así, pero yo nunca los he visto.
Sé que es un camino duro, pero… ojalá pudiese hacer algo semejante. De ese modo entonces todo cobraría algo de sentido para mi.




Esa noche soñé, soñé que las miradas emanaban calor, que mi andar tenía un destino. Y mientras soñaba, sonreía.



Diario de Alenae Vientoazul (semielfa, 9 años).