domingo, 19 de octubre de 2008

Días de oscuridad -II-


¿No os ha dado nunca la sensación de que los pilares que os ayudan a mantener el equilibrio se van desintegrando poco a poco y no puedes hacer nada?

Si, lo sé, esa sensación es horrible. Y lo peor de todo es que no es una simple etapa, no.

Puede que sufras esa misma agonía mil veces.

Yo ya no soporto la idea de caer y caer y caer después de haber hecho un gran esfuerzo para llegar a la cima. Y simplemente caes por perder un segundo el hilo que unía la aguja.

Entonces es cuando desearías echarlo todo a la mierda, sin importarte nada ni nadie.

Cuando desearías estar a solas con tu asquerosa vida. Sin que nadie te preguntase por ello porque ya estás harto de dar explicaciones que ni siquiera cambiarán nada. Y no tener que soportar la falsa preocupación de la gente, la que esconde una puta indiferencia de tres pares.

Estoy hasta los cojones de sudar para que luego me azoten la espalda.

Hasta la polla de pegarme siempre las mismas ostias contra la misma pared.

Solo hay una expresión adecuada para este texto errante y basto que no morirá jamás:

Arggh!!!

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