Odio no poder pensar con claridad, odio no poder controlar lo que siento en una liena recta, o por lo menos, entenderme a mi misma y a lo que siento. Porque de estár todo en control y ordenado, pasa a ser un caos mortal en el que no me decido y el cual no comprendo ni distingo los bandos de lo correcto y lo incoherente.
Puede ser que lo que escoja sea un sin sentido o puede ser lo que en verdad más deseo. Pero lo peor es estar en el incógnito de no saber el qué será, ni como será.
Mil y una sombras tendrían que osarse a entrar para formar tal oscuridad que fuera capaz de teñirlo todo de una capa tan densa y negra para no ver, ni sentir, ni pensar, y poder al fin descansar.
Mil y una sombras tendrían que osarse a entrar para formar tal oscuridad que fuera capaz de teñirlo todo de una capa tan densa y negra para no ver, ni sentir, ni pensar, y poder al fin descansar.